lunes, 8 de noviembre de 2010

LA LIBERTAD, SENTIMIENTO QUE IDENTIFICÓ A CANTAPUEBLO 2010, VIBRÓ TAMBIÉN EN EL CIERRE
Tras una semana de conciertos y la participación de casi 60 coros cerró la Fiesta Coral de América. La magia del canto se adueñó del tiempo y del espacio durante tres horas. Jairo fue figura central, su voz y el manejo del escenario despertaron aplausos del público y de la masa coral. Además de los coros, hubo mil espectadores en el estadio lasherino Vicente Polimeni
Jairo y la masa coral de Cantapueblo 2010 vibraron esta noche en el Estadio Vicente Polimeni. Interpretada al unísono, Milonga del Trovador, la bellísima canción de Piazzola y Ferrer, envolvió en un clima de magia a todos los asistentes. Chacarera de las Piedras, también interpretada en conjunto, mantuvo esta atmósfera especial que, a pesar del Zonda, caracterizó el cierre convocante de la Fiesta Coral de América.
La fiesta se inició con el coro Cantapueblo, anfitrión de la velada. Su interpretación de El Olvidao, de Néstor Garnica despertó los primeros aplausos. Luego, con Soy del Sur a cargo del coro de Trelew, un ritmo de zamba se apropió del aire.
Y llegó el momento de mover cinturas y acompañar con palmas. La música rioplantense dijo presente de la mano del Coro del Conservatorio de Música de Durazno. Candombe del 6 de Enero y Malambo, de Raul Evangelista fue la propuesta de los coreutas uruguayos, que se acompañaron con palmas e instrumentos de percusión.
Caribe, Caribe, sus colores, su alegría, su ritmo, su sensualidad llegaron junto a la Fundación Coral “Fe y Alegría”, de Venezuela. El conocidísimo joropo Alma Llanera encendió los corazones y el publicó coreó y vitoreó la melodía. El vals Venezuela y Un golpe Varence, completaron el repertorio de la hermana centroamericana.
Vestidos de blanco y descalzos -como símbolo de respeto a nuestro país- el Huygens Vocal Ensemble, coro holandés que por segunda vez participa en Cantapueblo entusiasmó al público con su sensibilidad artística y la calidad y transparencia de las voces de sus integrantes.
La sonoridad de Bomba-e de Angel Cucco Peña, tema que los holandeses escucharon hace dos años en Cantapueblo y rescataron para su repertorio, se llevó merecidos aplausos. Al igual que Sleep, de Eric Whitacre y And so it goes de Billy Joel, ejecutada por cinco integrantes del grupo.
Por ultimo, se presentó el magnifico coro polaco, Gdansk Academic Choir. Obras del folklore de su país fueron escogidas por su director, Marcin Tomczak, para homenajear a argentinos y hermanos de nuestro continente.
Entrega de distinciones y recuerdos a los coros visitantes cerraron esta primera etapa e instantes después, la melodiosa voz de Jairo inició un concierto de 45 minutos. Por momentos dulces, por momentos desafiante, pero siempre potente y de gran calidad artística, la voz de Jairo deleitó con una propuesta variada y motivadora. Interpretó La Pobrecita, Duerme Duerme Negrito, Los hermanos , Caballo Loco, Los Enamorados , Regreso a la Tonada , La Carpintería de José, e Indio Toba .
La extensa trayectoria de Jairo quedo ampliamente demostrada en su gran manejo del escenario. Se desplazó por el estadio y logró una fuerte conexión con el público y con la masa coral. A partir de allí, todo fue puro entusiasmo.
El cantautor y las mil voces se unieron bajo la batuta de Marcelo Silberleib, en Chacarera de las Piedras y Milonga del Trovador. Por ultimo, Zamba de mi Esperanza -una propuesta de Jairo a la masa coral y al público, entonada junto al músico mendocino Javier Rodríguez- desató todo el entusiasmo en este encuentro de agrupaciones corales, que llegaron a Mendoza para cantarle a la Libertad.
En la despedida: abrazos, la música del Canto Grande, -himno oficial de Cantapueblo- y la certeza de que cada vez más Mendoza se consolida como la gran ciudad coral de América
Por Prensa de COOPLA

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